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“Las cosas por limpiar”: la joven que se ganaba la vida como empleada doméstica y se convirtió en una reconocida escritora

Al escapar de un marido abusivo con una hija pequeña, sin dinero ni educación, Alex encuentra una forma de sobrevivir.

Margaret Qualley es Alex en “Las cosas por limpiar”. (Foto: Netflix/Ricardo Hubbs)

Alex (Margaret Qualley) está casada con Sean (Nick Robinson) un joven a quien el alcohol borró el encanto juvenil que en su momento la había conquistado y se convirtió en un hombre de violencia apenas contenida. Ella teme por su hija que aún no cumplió los tres años, la pequeña Maddy (Rylea Nevaeh Whittet); vive aterrada por los arranques de su marido y escapa con la nena en medio de la noche.

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Alex no tiene dinero, no tiene preparación alguna ni familiares en condiciones de protegerla. Su madre, al igual que en la vida real, es Andie MacDowell. Fue la misma Qualley quien la propuso para el papel de Paula, una artista con trastorno bipolar y peligrosos extravíos mentales, pero a su manera encantadora y bella como siempre. McDowell a su vez declaró que construyó su personaje inspirada en su propia madre, diagnosticada con esquizofrenia. El padre de Alex, Hank (Billy Burke) queda fuera de la escena la mayor parte del tiempo, también por la memoria imborrable de violencias pasadas.

Sola con una nena, sin dinero ni educación, el único empleo que consigue es el de limpiar casas. El contrato es leonino, los horarios severos y la paga mínima. Ella debe comprar los elementos de limpieza de su propio bolsillo y cargar ida y vuelta la aspiradora de su empleadora. Si llega cinco minutos tarde, pierde el empleo. Si la dueña de casa está de mal humor, pierde el empleo. Es desgarrador asistir a esa batalla constante que Alex debe librar contra la burocracia del gobierno que le exige cada vez más formularios para prestarle ayuda. Conmueve su paciencia en el trato con su madre y la amenaza rampante de su violento marido abandonado.

Margaret Qualley, como Alex, y Rylea Nevaeh Whittet, como Maddy, en “Las cosas por limpiar”. (Foto: Netflix/Ricardo Hubbs)

Alex llega a un refugio de víctimas de violencia de género. Acá se presenta una situación especial: Sean nunca golpeó a Alex: pega puñetazos que rompen la pared a centímetros de su cara, pero ella no tiene ninguna señal visible de su acoso y por lo tanto nunca hizo una denuncia. Este planteo invita a considerar diferentes formas de maltrato, las que dejan hematomas y las que imparten terror.

El título original de la serie es Maid, la mucama. Es una creación de Molly Smith Metzer sobre la novela de Stephanie Land, la protagonista real de esta historia que siempre quiso escribir, al principio en un modesto cuaderno. Luego comenzó a anotar sus experiencias limpiando casas en un blog llamado Maid: Hard Work, Low Pay and a Mother’s Will (La mucama: trabajo duro, mínima paga y el deseo de una madre de sobrevivir). El blog se convirtió en un libro de enorme éxito y pronto fue llevado a la televisión en una serie de diez episodios que pueden verse por Netflix.

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Alex registra las casas en las que trabaja con la mirada aguda de un escritor. Ve el alma de quienes la habitan, guarda sus secretos y las caracteriza con un título: la casa del Amor, la casa Triste, la casa Porno, etc. Land es hoy una escritora reconocida y Las cosas por limpiar es una historia particularmente conmovedora por su inmensa carga de amor y verdad.

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